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martes, 10 de abril de 2012

Cuando el ciclismo se convierte en una religión

                 Me considero una persona religiosa, soy católico de nacimiento y por convicción y mi fe me ha ayudado a estructurar mi vida de acuerdo con mis convicciones. Sin embargo, no puedo dejar de sorprenderme cuando alguien hace de la práctica del ciclismo una religión, y no me estoy refiriendo a las personas que dedican gran parte de su tiempo a esta disciplina o que imprimen en esta actividad un fervor tan grande que podría compararse con una práctica religiosa, no. Cada quien es libre de utilizar su tiempo libre en lo que más le guste, y si lo que más le gusta es el ciclismo, pues bienvenido sea.
                El problema empieza cuando asumimos verdades que creemos tan inconmovibles que las consideramos dogmas de fe para la práctica de una actividad. Tal es el caso del uso del casco dentro de la práctica del ciclismo urbano.
                A pesar de que la bicicleta nos ha acompañado desde el siglo antepasado, es hasta mediados de la década de los 70´s del siglo XX que el casco de ciclista se empezó a comercializar (para uso infantil) sin embargo, por más de un siglo el ser humano fue y vino en bicicleta sin el uso de ningún artilugio para proteger su cabeza.
                Aún ahora, el casco de ciclista es usado mayoritariamente por los practicantes de disciplinas deportivas que involucran la bicicleta (ciclismo de ruta, ciclismo de montaña en sus diferentes modalidades) pero, al menos en México, la mayoría de los ciclistas urbanos no  acostumbran usar casco en sus desplazamientos.
                Sin embargo, hay un grupo cada vez más numeroso de personas provenientes del ámbito del ciclismo deportivo que considera que el uso del casco debe extenderse obligatoriamente a todo ciudadano que utilice la bicicleta como medio de transporte, bajo la etiqueta de que “el casco, salva vidas”.
                Y aquí es dónde esta frase, a fuerza de irse repitiendo, se ha convertido en un dogma de fe para este grupo de personas.
                Con el uso del casco sucedió lo mismo que con las croquetas (piensos) para perros: durante siglos el ser humano alimentó a sus mascotas con carne, (tal como correspondería a un animal carnívoro). Es hasta el siglo XX que las compañías de alimentos procesados nos venden  la idea de que el único alimento completo y sano  para nuestras mascotas son las croquetas, “¡si le das huesos o carne a tu perro lo vas a matar!” Y a fuerza de repetirlo, han hecho que esta idea se crea como una verdad hoy en día.

                 Conclusión: nos crearon una necesidad que no teníamos, de igual manera que las croquetas para perros, los cascos de ciclista son una necesidad creada, y claro...  ¿a quienes les conviene que lo creamos, si no es a los que los fabrican?
 Y no habría problema (cada quien es libre de creer lo que quiera) sin embargo el conflicto entra cuando se pretende obligar a todo el mundo a usarlo, so pena de ser tildado de inconsciente, irresponsable o al menos de ignorante.
Hace unas semanas me incorporé a un grupo de Facebook de mi ciudad que organiza a ciclistas deportivos, recreacionales y urbanos para realizar masas críticas, no tuve la oportunidad de participar en ninguna de ellas, sin embargo, sí colgué en su página una serie de fotos de la rodada de altura que ya he publicado también en este blog. No tardó en aparecer la primer persona que criticó el hecho de que en las fotos de ese paseo, las chicas no trajeran casco, yo inmediatamente salí en defensa, argumentando que el uso del casco no es algo obligatorio y que por el momento la comunidad ciclista internacional no está del todo de acuerdo en su efectividad a la hora de proteger en caso de accidente, por supuesto que respeto la decisión de quien quiere pedalear con casco, pero que por eso mismo reivindico mi derecho a no utilizarlo.
Cómo otros miembros del grupo empezaron a colgar videos, fotos y enlaces que hablaban de la importancia de usar casco, yo por mi parte, colgué información respecto a las críticas que han surgido en cuanto a la verdadera efectividad del casco, y cómo se ha sabido lucrar con el temor  totalmente infundado  de que el ciclismo es una práctica peligrosa. Entre la información que colgué, está la conferencia que dio Mikael Colville Andersen en el TEDxCopenhagen y  la liga al sitio http://cyclehelmets.org, sabía que se iba a crear revuelo por esta información, sin embargo mi sorpresa llegó el día siguiente:
                Cuando entré en el sitio, buscando las reacciones que habrían ocasionado mis comentarios y la información que había colgado el día anterior, me sorprendí al ver que no había ocurrido nada... ¿nada?... NADA... y buscando un poco más, me di cuenta de que mis post habían desaparecido, ¡cómo si nunca los hubiera publicado! Obviamente el administrador de la página había borrado mis intervenciones.
                Entonces me di cuenta: había blasfemado contra el dogma del casco, y aunque la información la había publicado de manera respetuosa y en el mejor espíritu de confrontar opiniones y debatir civilizadamente sobre un tema aún no resuelto, alguien consideró que la información ahí publicada era de tal grado maliciosa que decidió desaparecerla, sin dar oportunidad a esa  idea diferente de dar razones para justificarse.
                Un grado de intolerancia tal,  no lo he visto ni siquiera entre personas que profesan credos dispares, no tuve oportunidad de nada, sin pretender aclarar nada más, me di de baja del grupo, a fin y al cabo religión ya tengo y no necesito que alguien venga a enseñarme nuevos dogmas, para andar en bici sólo es necesario dos piernas y... una bicicleta, no es necesario ser parte de un grupo de ciclistas que manejan una página de Facebook con el mismo tacto que un automovilista en tercer grado de ebriedad.
                Posteriormente seguiremos hablando del tema del casco, por lo pronto, dense el lujo de andar en bici... no importa que sea con casco... (Nadie es perfecto).


(Si buscas información de dónde comprar tu bicicleta, visita bicicletas usadas )

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