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lunes, 9 de abril de 2012

Manifiesto Cycle Chic, Reflexiones (punto 2)

En esta segunda entrega de reflexiones personales al respecto del manifiesto Cycle Chic, veremos el punto número 2 del manifiesto:
2.- Me acojo a la responsabilidad de contribuir visualmente a un paisaje urbano estéticamente más agradable.
Nuestras ciudades cuentan con infinidad de elementos que la construyen: edificios, zonas residenciales, parques, áreas verdes, puentes, lagos, etc. pero considerar a la ciudad como un conjunto de construcciones o de obras de infraestructura es ver a la ciudad como un ente estático, y una ciudad es todo lo que quieras, menos un ente estático. 

La ciudad está viva, bulle de movimiento de personas, autos (miles de ellos), autobuses, etc. basta que te pares en una esquina de nuestra ciudad para puedas presenciar la múltiple y colorida amalgama de elementos que conforman el paisaje urbano... y el ciudadano que se traslada en bicicleta no es la excepción.

Cuando estos elementos ya citados contribuyen a crear una atmósfera agradable (edificios en buen estado, calles limpias y cuidadas, áreas verdes, automovilistas amables en el flujo vial, peatones responsables... y ciclistas elegantes y limpios) los ciudadanos conviven en mayor armonía y se contribuye a elevar la calidad de vida y la felicidad de los habitantes de esa ciudad.
En este sentido, Cycle Chic es un movimiento con responsabilidad social, promueve que el ciudadano en bicicleta esté consciente de su impacto en la vida social de su ciudad, sabe que su bicicleta, su vestimenta y su propia persona en sí, deben ser adecuadas para la vida diaria, estar en buen estado y  limpias, de manera que aporte su granito de arena para hacer más bella su propia ciudad.
Es de notar que una ciudad como Copenhagen tenga entre sus principales atractivos, no sólo sus edificios públicos, o sus áreas recreativas, sino el uso extensivo que se hace de la bicicleta: son los ciudadanos en bicicleta los que hacen atractiva esa ciudad. Es lo primero que nota el visitante extranjero al llegar y lo que más extraña de la ciudad una vez que regresa a su lugar de origen. Esto es prueba del enorme impacto visual que puede ocasionar el ciclista urbano dentro de su propio entorno.

De manera particular, a mí me sucedió en un principio que, al buscar personas para fotografiarlas y publicarlas en Juárez Cycle Chic  no sabía particularmente qué estaba buscando: ¿personas sin mallas, lycras, ni maillot vistosos, o casco?... ¿personas con vestidos elegantes? ¿personas con ropa casual? ¿formal?  ¿qué cosa buscaba? En Juárez, como en gran parte de las ciudades de la republica, hay un sinnúmero de personas que se desplazan a su trabajo en bicicleta, pero quien lo hace de esta manera, es porque no tiene el ingreso suficiente para comprarse un auto, así que usa una bicicleta para transportarse y son personas con muy bajos ingresos y con trabajos más bien modestos: albañiles, vendedores de periódicos, parqueros, franeleros, etc. personas que irían en bicicleta vestidos con su ropa para trabajar, pero que su trabajo no tiene precisamente un código de vestimenta como para ser modelo de pasarela.

Finalmente creo que este punto del manifiesto Cycle Chic aclaró en mi mente qué era lo que estaba buscando: ciudadanos que en su vestir y en su actitud al montar una bicicleta dan una mejor  imagen a la ciudad que la que ésta tendría si se hubieran quedado en casa, sé que aún así queda mucho a la interpretación de cada quien, pero la pulcritud, la dignidad al pedalear y la elegancia es algo que más o menos todos tenemos bien definido internamente. Un vendedor de periódicos, usando camiseta tipo polo y jeans, puede ayudar a mejorar el paisaje del entorno por donde conduce su bici si lo hace con pedalear alegre, cuidando estar limpio y con buena actitud.
Así que, cada vez que te subas a tu bici, pregúntate si con ello contribuyes a elevar la imagen de tu ciudad o si la denigras con tu forma de conducir, comportarte y vestir mientras paseas.
Date el lujo de andar en bici.

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